Un 11 de Febrero de 1847, la población de Milan, Ohaio, tuvo el honor de ser el lugar de nacimiento de uno de los personajes más importantes de la historia. En el seno de una familia humilde, los Edison, procedentes de Canadá, nacía su cuarto hijo, Thomas. Siete años después, el cabeza de familia, trabajador del ferrocarril, decide mudarse a la ciudad de Port Huron, en Michigan, con toda su familia. Allí acude, durante tres meses, Thomas a la escuela. Los llamados profesores del centro lo expulsaron por ser un «calienta bancos», un alumno con falta de interés y torpe. En ese momento, su madre, Nancy Elliot, antigua maestra, decide educar a su hijo en casa.
A los 10 años, Thomas pide permiso para montar un laboratorio en el sótano de su casa ya que sus inquietudes por investigar lo necesitaban. Fue un niño emprendedor, pero también veía las carencias que había en su casa, así que decidió sacar algún dinero vendiendo periódicos y golosinas en los trenes. Eran los tiempos de la Guerra de la Secesión, la gente necesitaba estar informada.
Una anécdota en su vida, salvó la vida de un niño que cayó a las vías y eso le hizo poder aprender a telegrafiar. El padre del niño que salvó era el telegrafista de la estación y, como agradecimiento, enseñó a Edison todo lo relacionado con el telégrafo. Montó un laboratorio en un vagón que, durante un experimento, salió ardiendo y por ello fue expulsado del ferrocarril. Así, con 16 años, decidió dejar su casa y marcharse a buscar nuevos horizontes, que con sus conocimientos como telegrafista se le abrían. Durante varios años estuvo yendo de un lugar para otro y aprendió a reparar telégrafos y a hacerles algunas modificaciones. Pero fue en Boston, en 1868, cuando ideó su primer invento, que no tuvo gran aceptación. Fue un aparato para el recuento de votos.
Poco tiempo después, estando casi sin dinero, recibió un encargo de la Western Union, atraídos por su fama como innovador en el mundo del telégrafo. Este trabajo le reportó grandes ganancias. En 1871 Se casó con su primera mujer y se estableció en Menio Park, donde creó su «Fábrica de inventos» en 1876.
Era el año 1879, cuando Edison, se interesó por mejorar el mundo del alumbrado eléctrico. Por lo general, la iluminación se realizaba con lámparas de gas. Algunos investigadores habían trabajado, sin éxito, en buscar una alternativa utilizando la electricidad, la de sus competidor más directo, que después fue su socio, Joseph Swan, sólo duraba 14 horas, pero Edisón investigó más allá y mandó a sus colaboradores por medio mundo buscando materiales, fibras de todo tipo, que no fueran de un costo elevado, para realizar sus experimentos en este campo. El resultado fue que en octubre de 1879, realizó una bombilla, con filamentos de bambú carbonizado, en un espacio de vacío producido por una ampolla o bulbo de vidrio, que duró encendida más de 40 horas. Era la lámpara incandescente que se patentó en enero de 1880 con el número 223.898.
Edison montó su propia fábrica para realizar mejoras en su lámpara. Vendieron sus primeras producciones a un precio inferior a su costo para demostrar que sus bombillas eran más baratas que el gas y duraban más. En poco tiempo, los costes de las bombillas se redujeron bastante, ante la gran demanda que obtuvieron. Mejoró el sistema de generar electricidad y creó un tipo de contador para medir la energía consumida por los usuarios.
Pero este inventor no sólo se contentó con este invento. Cuenta en su haber con 1093 patentes hasta su fallecimiento el 18 de octubre de 1931 en West Orange, New Jersey. Entre sus inventos destacamos el Fonógrafo, propulsor del tocadiscos y de los muñecos parlantes, el Kinetoscopio, el comienzo del cine, las baterías recargables, que potenciaron la idea de los coches electrónicos y la primera máquina de tatuajes.
¿Sabías el origen de la bombilla? ¿Conocías la vida de Thomas Alva Edison?