¿Quién no ha visto el típico cartel del Motel de carretera iluminado con letras de neón? ¿Ese que sale en las películas americanas y que siempre le faltan letras en la palabra «OPEN»? Pues hoy os vamos a contar el origen de las luces de neón.
Un 24 de septiembre de 1870, la ciudad de París tenía un nuevo ciudadano, George Claude. Desde muy joven sintió curiosidad por el mundo de la física y la química. Sus estudios en estas materias, le permitieron entrar a trabajar como asistente del ingeniero alemán Carl von Linde, que investigaba en el campo de la química, la licuación del aire, que usando bajas temperaturas, lo dividía en hidrógeno, oxígeno y gases nobles, que eran desechados. Claude experimentó con estos gases sobrantes para aprovecharlos y comprobó que al aplicar una corriente eléctrica, alterna o continua, a un tubo de vidrio sellado con dos electrodos de metal en cada extremo y llenos de neón a baja presión, se producía una luz anaranjada. Este descubrimiento le llevó a seguir investigando con otros gases nobles como el Xenón, el Argón y el Criptón. Todo esto ocurría en el año 1902.
Así surgió la lámpara de neón. Aunque se utilizan también otros gases nobles, se las denominan así por ser el primer gas con el que se investigó. Estas lámparas producen unas radiaciones luminosas con un bajo aumento de la temperatura (lámparas frías) y tienen una larga vida. Sus usos son múltiples, pero sobre todo, las podemos ver en carteles publicitarios. En 1915 fueron patentadas y Claude montó su empresa llamada Claude Neón. En 1930 se utilizaron en Francia para el alumbrado público, aunque antes ya se habían utilizado para la decoración de escaparates y de exposiciones de coches.
En el interior del tubo de vidrio, se utiliza la mezcla de Penning, que consiste en 99,5% de neón y un 0,5 % de Argón para conseguir así un voltaje de ionización más bajo que utilizando el gas puro. Según el gas utilizado podemos obtener diferentes colores, así por ejemplo con el Neón da el color rojizo anaranjado, con el Argón el azul y con el Criptón el verde.
George Claude, no sólo descubrió la lampara de neón sino que también, en 1902 fundó, junto a su amigo Paul Delome, la empresa Air Liquid, donde desarrolló un sistema de licuación del aire, el sistema de Claude, con el que desbancó al de su antiguo jefe von Linde. Varias fueron su aportaciones al mundo de la ciencia como en 1913 una aplicación de los gases en el mundo militar o en 1917 cuando realizó unas mejoras en la producción del amoniaco. Por toda su trayectoria, fue aprobado su ingreso en la Academia de las Ciencias en 1923. Pero como participó con la extrema derecha Acción Francesa, fue condenado a cadena perpetua en 1945, aunque cinco años después fue puesto en libertad. Su muerte tuvo lugar el 23 de Mayo de 1960.
¿Conocías los inventos de George Claude? ¿Sabías el origen de las lámparas de neón? ¿Te ha sorprendido que lleven tanto tiempo inventadas las lámparas de neón? ¡Cuéntanos!